Lo único necesario para ser un buen filósofo es la capacidad
de asombro.
La capacidad de asombro es una virtud que tiene el ser
humano para ver el mundo de otra manera y vemos como en estos tiempos
contemporáneos esto se ha perdido, vemos
como el mundo se vuelve una rutina, esta rutina nos siegan de plantearnos
nuevas preguntas filosóficas, de ver más allá de solo un mundo en el que
vivimos, nos reproducimos y morimos para varias personas esta es la vida. Vemos
como la capacidad de asombro de unas personas es distinta a la de otras, por
ejemplo: a mí personalmente cuando estaba pequeña y veía un avión volar me sorprendía y
comenzaba a hacerme preguntas como: ¿por qué ese avión puede volar? Mientras que mis padres o a mi hermana mayor
le daba igual, pero esto también depende de tan rutinario las personas ven un avión
volar y de esta manera ya no les parece interesante. De este modo observamos
que un filósofo no puede habituarse en el mundo, para no perder esta capacidad de asombro tan importante.
Analizamos como el hombre en toda su vida ha tenido la
necesidad de encontrar explicaciones a los procesos de la naturaleza, en esto
surge el mito que son relatos que
pretenden responder los principios de la vida como: las estaciones, la lluvia,
los truenos y demás fenómenos del mundo; también teniendo en cuenta que toda
persona tienen pensamientos distintos por lo cual un mito nunca va ser igual que
otro, todos tiene su pensamiento y su conclusión distinta.
Pero ahora pongámonos
a pensar ¿qué explicaciones le darías a estos fenómenos sin saber en realidad
como ocurren? esto es algo que cada uno está en la libertad de responder a su
manera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario